Crónica día del libro y firma (2013)

Crónica del día del libro y la Firma de Laura Gallego (2013)

Buenas a todos!

Hace unos días, el domingo de hecho, vino Laura Gallego (autora de Memorias de Idhún y Donde los Árboles cantan, o el reciente Libro de los Portales) a firmar a Valencia. Me alegro muchísimo de haber venido a estudiar a esta ciudad y haber tenido la oportunidad de conocerla... ¡y de que firmase el primer libro que tuve de ella: Memorias de Idhún I - La resistencia! 

Os voy a contar un poco lo que pasó el domingo. Mis padres habían venido el fin de semana a visitarme y, a pesar de que quería hacer muchas cosas con ellos, me moría de ganas por ir a la firma del libro. Así fue, mis padres accedieron, de hecho, me trajeron MDI I (el cuál, según pude comprobar allí era la 1º edición, la de 2004, con sus agujeros y todo) de mi ciudad natal porque no me lo había traído, además de La Emperatriz de los Etéreos (personalmente quería que trajesen alguno de Las Crónicas de la Torre pero no lo encontraron a mano). No estaba sola, una amiga mía: Silvia (que estaba conmigo haciendo cola desde la mañana), venía también a que le firmara y estuvimos juntas. Además, nos encontramos a Kitty, del blog El Escondite de Kitty, haciendo cola también, más atrás de nuestra posición en la cola, ella también venía a que le firmase.

 Llegó el domingo, estaba muy emocionada y casi no cabía en mí misma de alegría, llegué a Viveros... y vimos una enorme cola de unos 200m para que firmara Laura, ¡y quedaban dos horas y media para que se fuera a comer! Total, nos pusimos a la cola, la cual no avanzaba muy deprisa, con todo el soletón dándonos fuerte en la cabeza (acabé quemándome y todo). Cuando estábamos cerca de la caseta... era la hora de ir a comer. Laura paraba las firmas hasta retomarlas a las cinco. Eso significó que mis padres no podrían quedarse conmigo a esperarla, debían volver porque le quedaban unas cuatro o cinco horas de viaje a casa. Aún así, repartidos también los números de la fila - era el 150, yo seguía muy emocionada, poniéndome a la cola numérica de las personas que no habían podido ser firmadas por la mañana.

Cuando ya me tocaba a mí, sentí que mi respiración se cortaba. ¡Oh dios mío, me toca, voy a poder conocerla! Casi me eché a llorar de alegría cuando la vi y me preguntó mi nombre con una sonrisa muy sincera. Estaba muy nerviosa, me sentía tremendamente tímida pero tenía una pregunta que me acompañaba desde MDI II - Tríada: ¿qué pierna le cortan en realidad a Shail? Había intentado mil veces dibujarlo, pero siempre acababa dibujándolo hasta la cintura.

 Ella me resolvió el dilema:

 "En Tríada, lo de la pierna se me fue un poco, a veces la derecha y otras la izquierda, yo misma no lo tenía muy claro. Aún así, si en Panteón dice que era la derecha es la derecha, sino, es la izquierda". 

Le dí las gracias también por contestar mis cartas, me hice una foto que guardaré toda mi vida y... tuve que dejar la caseta. Un sueño de mi niñez se había transformado en realidad: había conocido a uno de mis ídolos de la escritura, una persona que me había hecho vagar por mucho mundos e historias. Estaba tremendamente feliz.

Y os preguntaréis, ¿cuál es entonces la pierna? Leí de nuevo Panteón, sobretodo la parte en que está con Ydeon, ¡tachán! Lo encontré: es la pierna derecha.

Os dejo el fragmento:

—Quiero enseñarte algo, mago —dijo entonces Ydeon—. No está terminado aún, pero quiero que vayas pensando en ello, para cuando necesite de tu colaboración.

Shail lo siguió, intrigado, hasta el rincón donde el gigante tenía su forja, y se asomó con curiosidad al molde que él le señaló.

Esperaba ver algún tipo de arma en su interior: una espada, un hacha, tal vez una daga. Por eso, cuando descubrió el objeto que se enfriaba allí no pudo reprimir una exclamación de asombro.

Era una pierna.

Una pierna humana, de metal, terminada en un pie descalzo; una pierna tan perfecta que, de no ser por el brillo que reverberaba en su superficie, habría parecido de carne y hueso. Sin dar crédito a sus ojos, el mago se volvió hacia Ydeon.

—¿La has forjado para mí? —preguntó; no pudo evitar que le temblara la voz.

El gigante asintió.

—Tomé el molde mientras estabas inconsciente. He tenido que invertirlo para que el resultado fuera un reflejo de tu pierna izquierda, dado que no tienes una pierna derecha que pueda copiar. Y ha sido bastante más complicado de lo que pensaba. Pero creo que el resultado es bastante satisfactorio.

 Memorias de Idhún III -  Panteón de Laura Gallego

Finalmente, tras un chillidos de alegría e incredulidad por lo que acababa de pasar, Silvia y yo salimos de la caseta, abrazándonos y casi llorando de la alegría. Yo no cabía en mi de gozo, os lo aseguro. De hecho, me daba algo de envidia sana que Silvia ya tuviese varios libros suyos firmados. Me prometí y me prometo hoy en día, volver a verla en alguna de las firmas... ya que no tengo colegio al que pueda ir a dar una charla. 

Todavía recuerdo cómo leía a escondidas después de "irme a dormir" esos libros cuando tenía 11 años... ¡qué recuerdos! Gracias Laura.

 

• Compras

 Más tarde, fuimos a dar una vuelta por la feria, había muchos libros que ver y unas ofertas que hacían caer la baba. Me encontré con la sorpresa de que la serie Vampiratas, iba por su sexto libro cuando creía que con el cuarto terminaba, de hecho, cuando los leía no había tenido dinero para comprarlo y lo había tenido que dejar aparcado un tiempo. Menuda cara de pez se me quedó y el pobre librero, que me ayudó a ver cuál era el sexto y cuál quinto (porque yo obviamente me decía: no puede ser que hayan cambiado la portada tan pronto, encima no tienen sentido con el libro), se reía por la sorpresa que me había llevado.

Tras dar una y dos y tres vueltas o cosa así, y después de haber visto una cantidad indegente de libros que quería llevarme, tuve que optar por dos porque era lo que la economía me permitía. Aprveché la oferta del 10% o así para llevarme Ondina de Benjamin Lacombe, con lo que me salió más barato y ya no me pareció tan doloroso el precio final: unos 17€; y me llevé también Crónicas del mago negro I : El Gremio de los Magos de Trudi Canavan, de bolsillo, además, por lo que me costó unos 7 u 8€. ¡Una ganga!

• Comida

Por cierto comí en un restaurante chino, pero realmente chino con dueños chinos, gente china y todo eso, por detrás de Viveros: Restaurante Oriental Chen, en la calle Aboraya número 50, en Valencia. Os lo recomiendo, la comida estaba deliciosa y los menús están muy bien. Os dejo el número: 963605643. Está cerca de las paradas de bus Molinell-Alboraia y Jaca-Pintor Genaro Lahuerta, además de la parada en tranvía de Primado Reig.










Escrito por Nedylene A'Daragon