Historia: El verdadero Código da Vinci

El verdadero Código da Vinci: Mona Lisa

 El código tras la pintura

Porque aquí estamos en frente de un nuevo descubrimiento sobre Leonardo da Vinci. Después de sólo una semana desde que se descubrieron los nuevos manuscritos da Vinci, los historiadores han desvelado un nuevo misterio en relación con la Mona Lisa.

Se ha encontrado una "vida real Código Da Vinci" en los ojos de la Mona Lisa. Los científicos han descubierto los números y letras pequeñas en los ojos de la mujer en la pintura. Están ocultos en la pintura oscura a la vista humana, son letras diminutas y números, colocados allí por el artista Leonardo da Vinci y revelados sólo ahora, gracias a las técnicas avanzadas de la tecnología.

Silvano Vinceti, presidente de Nacional de Italia, del Comité para el Patrimonio Cultural, que vió los símbolos, declaró a la prensa:. "A simple vista los símbolos no son visibles, pero con una lupa se puede ver claramente en el ojo derecho parece ser el LV las letras que bien podría significar su nombre, Leonardo da Vinci, mientras que en el ojo izquierdo también hay símbolos, pero no se definen tan claramente. Es muy difícil distinguir con claridad, pero que parecen ser las letras CE, o podría ser la letra B."

Vincenti también agregó: "En el arco del puente en el fondo, el número 72 puede ser visto o podría ser una L y el número 2 Hay que recordar la imagen tiene casi 500 años de antigüedad por lo que no es tan nítida y clara como cuando se pintó. De las investigaciones preliminares que hemos realizado estamos seguros de que no es un error y fueron puestos allí por el artista."

Silvano Vinceti es miembro de un grupo que se ha solicitado autorización para exhumar los restos de Leonardo da Vinci que siguen siendo de su tumba en el Castillo de Amboise en el Valle del Loira en Francia. Quieren ver si el cráneo del artista está allí para que puedan tratar de reconstruir su rostro y establecer si la Mona Lisa - propiedad del gobierno francés y en la exhibición en el Museo del Louvre - es en realidad una especie de auto-retrato del artista como algunos creen.

Hace seis meses, Vinceti también fue noticia en todo el mundo después de haber descubierto los huesos de un hombre renacentista, el artista Miguel Ángel Merisi, conocido como Caravaggio, en una cripta olvidada en Porto Ercole, en la costa toscana de Italia.  

Las letras

Según las investigaciones del Comité, las letras 'L.S' escondidas en las pupilas del retrato serían las iniciales de 'Il Salai' y de la joven florentina Lisa Gherardini. a 'S', explican los expertos, se referiría al amante de Da Vinci mientras la 'L' sería la inicial de Lisa Gherardini, la joven que inspiró a Da Vinci al inicio del retrato, según informa el diario 'Corriere dello Sport'. El Presidente del Comité, Silvano Vincetti, destacó que las investigaciones revelan que Leonardo Salai "tenía relaciones ambiguas con Leonardo" y que su rostro tenía "rasgos femeninos que se pueden ver en otras obras del autor". 

Los números

La presencia de este número, según Silvano, «no puede ser casual», ya que se trata de una cifra «mágica» que está ligada a numerosas tradiciones religiosas y místicas. La cabalística, por ejemplo, indica que el nombre de Dios está formado por 72 letras, mientras que para los cristianos este número puede llevar hasta la Apocalipsis defendida por San Juan.

Por su parte, el 2 es una cifra a la que históricamente se relaciona con la armonía entre el género masculino y el femenino, una fusión entre el hombre (Il Salai) y la mujer (Gherardini), que podría haber desembocado en la enigmática «Mona Lisa». Silvano, que reconoció que probablemente exista un «verdadero código Da Vinci», también quiso llamar la atención sobre el resultado de la suma 7+2, que es 9 y simboliza la «iniciación, o sea la divinidad que se manifiesta al hombre que la representa». «Leonardo compara así la figura del pintor con la de un ser casi mitad divino, que es capaz de reflejar la realidad creada por Dios en un cuadro», señaló el presidente del comité italiano.

Otras curiosidades de la obra

•  El horizonte

Otro detalle significativo es que Leonardo pintó el horizonte izquierdo más bajo que que el de la derecha. Se trata de un truco óptico para que la Gioconda se vea más majestuosa desde la izquierda. Pero, si tenemos en cuenta que a lo femenino y lo masculino se ha atribuido tradicionalmente la parte izquierda y derecha del cuerpo, puede que sea un guiño para expresar la necesidad que tiene el hombre de dar más preponderancia a su lado femenino si desea alcanzar el equilibrio.

¿Autorretrato?

Otros sostienen que la dama no es sino el autorretrato de Leonardo, en definitiva un emblema del andrógino, anunciado veladamente en el anagrama de Mona Lisa (masculino-femenino). Según una investigación, publicada en 1995 en la revista Scientific American por los expertos informáticos Swartz y Hoizman, un análisis comparativo entre el único autorretrato reconocido del pintor y el rostro de la Gioconda demuestra que existe un gran paralelismo entre ambos. El paisaje que enmarca a la dama ha sido también objeto de numerosas interpretaciones. Con la técnica del sfumato Leonardo habría podido encubrir otros mensajes velados. El más claro es el formado por las aguas turbias del río que se ve en el lado derecho.

• El Paisaje
  

En opinión de Franck Zöllner representan el río subterráneo del Conocimiento, simbolismo platónico-hermético al que Leonardo no era ajeno. La identidad enigmática de dicho paisaje se ve reforzada porque, como señala Richard Khaitzine, no se corresponde con ningún paraje toscano. Las rocas que se hallan a la izquierda de la Mona Lisa guardan una asombrosa similitud con el “Sillón del Diablo”, pequeño promontorio próximo a Rennes-le-Château. El hecho de que el esfumato otorgue al paisaje un aspecto neblinoso hace pensar a Khaitzine que su elección no fue sólo de orden estético, sino que tuvo otra intención más profunda. Durante el renacimiento existió en Europa una sociedad secreta, literaria y artística, conocida como La Niebla o Sociedad Angélica, que fue reactivada en el siglo XIX y a la cual pertenecieron notables figuras, como Julio Verne, que conoció bien el misterio de Rennes-le-Château. Esta sociedad parece formar parte de una antigua tradición esotérica que se remonta a Grecia y que entroncaría con los cátaros, con Dante y con la familia Albizzi de Florencia.